¡Amantes del atletismo! Es un hecho. Los fashion victim han llegado a nuestro deporte. Ahora cualquier marca de moda tiene en sus tiendas un espacio dedicado a prendas técnicas para ir a correr. Aún me acuerdo cuando mi padre hacía maratones con una camiseta de algodón cualquiera y un pantalón corto, aquellos que uno tenía de toda la vida. Con sus zapatillas pasaba lo mismo, solo tenía un par y le servían para todo el año. Da igual si corría en asfalto, monte o pista, si hacía series, rodajes largos o si competía. Solo tenía unas. Uno de los grandes de este deporte, Emil Zatopek, ganó los 5.000 metros, los 10.000 metros y la maratón de los juegos olímpicos de 1952 en Helsinki, entrenando siempre con sus botas militares, que le proporcionaba el ejército de la antigua Unión Soviética.
Ahora las cosas han cambiado y, a veces, me da la sensación que compramos nuestras zapatillas solo por la marca que está más de moda en ese momento o porque el color de la zapatilla combina con nuestra indumentaria de competición.
«Emil Zatopek ganó los 5.000 metros, los 10.000 metros y la maratón de los juegos olímpicos de 1952 en Helsinki, entrenando siempre con sus botas militares»
Al final del año pasado, solo en España, se vendieron 2.275.000 millones de pares de zapatillas y la industria del running generó más de 300 millones de euros. Lo bueno sería saber cuánto de ese dinero nos hemos gastado en ir a un podólogo especializado en deporte para saber qué zapatilla nos conviene más. Sin duda, los que más padecen este síndrome, son los recién llegados a este deporte. La compra de tu zapatilla perfecta empieza en la consulta de tu podólogo, sabiendo qué pisada tienes y analizando qué horma de marca de zapato se puede adaptar mejor a las dimensiones de tu pie.
«En 2014 se vendieron 2.275.000 millones de pares de zapatillas en España y la industria del running generó más de 300 millones de euros»
Por mucho que te hablen maravillas de un nuevo sistema de amortiguación, según tu peso, podrá ser apropiado para ti o no. Lo mismo pasa con el peso de las zapatillas, siempre buscamos las más ligeras, pero eso puede ser un arma de doble filo, según si mides 1,60 o 1,80 m.
Como todo en esta vida,
cuanto más claras tengamos nuestras ideas, mejor. Uno tiene que pensar en qué uso le quiere dar a sus próximas zapatillas: correr en cinta en el gimnasio, hacer tiradas largas por el monte o simplemente disfrutar de 30 minutos de carrera para finalizar el día con buen humor.
Lo bueno del boom del atletismo es que la especialización en las zapatillas es muy elevada. Con lo cual, podremos encontrar fácilmente una zapatilla ideal para nuestro objetivo.
Cada corredor tiene una técnica diferente al correr. Eso afecta directamente a la compra de las zapatillas. Elegir el sistema de amortiguación más correcto para tu pisada es un factor fundamental para evitar lesiones.
Tu zapatilla de correr tiene una misión: no darte ningún tipo de problema en tu próximo desafío. Para eso, tenemos que prestar atención a los pequeños detalles.
La elección de los calcetines es igual de importante que la de la zapatilla. Al comprar tu nuevo par tienes que llevar un calcetín técnico con el cual te encuentres cómodo. Al fin y al cabo, las zapatillas y los calcetines te van a acompañar en todos tus entrenos. De poco sirve invertir en una zapatilla, si después no lo haces en un calcetín.
La compra de tu zapatilla se tiene que hacer en base al clima donde resides. Por mucho que nos guste una zapatilla de rejilla para tener una mejor transpiración, si vivimos en un lugar con lluvias frecuentes, ese tipo de calzado no será la mejor opción.
La temperatura es otro factor a tener en cuenta. Con el paso de los kilómetros y el calor, el pie se hincha. Nunca te compres una zapatilla muy ajustada, así evitarás problemas.
Por último, una de las cosas más importantes para mí al comprar unas zapatillas es que las estrenes caminando un par de días, después trotando y luego, ¡ya puedes empezar a correr con ellas!
