Ironman: De la cultura del esfuerzo a la planificación estratégica

Citius, altius, fortius estas eran las palabras que estaban asociadas al éxito en la antigua Grecia. Hoy el éxito se basa en otras cualidades pero, sin embargo, el espirito deportivo está cada vez más presente en las empresas.

En los últimos tiempos,  muchos han sido los artículos que mencionan las bondades de la práctica deportiva en el día a día empresarial. Los esfuerzos que uno realiza en el deporte se convierten en virtudes cuando se ponen en marcha en la vida profesional. Esfuerzo, superación, motivación y trabajo en equipo son algunos son los mejores ejemplosque puede aportar el deporte, no sólo a los altos directivos sino a todos y cada uno de los trabajadores que conforman una empresa.

El Ironman, la prueba de resistencia física más exigente del planeta, es el sueño de cualquier deportista. El tener la valentía de estar en la línea de salida supone estar en una gran condición física, pero también haber visualizado un objetivo, realizado un plan estratégico y llevarlo a cabo  teniendo en cuenta múltiples variables, tanto a largo como a corto plazo.

Al igual que en la empresa, todo empieza con una visión, un objetivo que todos anhelan alcanzar, son muchos los que desisten antes de empezar pero algunos atrevidos, son capaces de escucharse a sí mismos e intentar lograrlo.

En la prueba deportiva más dura del mundo, uno se encuentra desde el primer día de entrenamientos con imprevistos que pueden afectar a la preparación a  largo plazo, eso hace que la capacidad de anticiparse a los problemas sea condición indispensable para poder triunfar. Un dolor puede llevarte a una lesión y ésta a no poder llegar en  buenas condiciones al día señalado. El tener capacidad de prever y hacer un análisis semanal de la situación son factores indispensables.

Los resultados de un plan estratégico se ven a medio y largo plazo, nunca  las prisas han sido buenas y menos en los negocios. En el deporte todo se concentra en un día, es ahí donde se ve si el esfuerzo realizado el último año, ha sido correcto o no. El margen de maniobra es mínimo, cualquier error, un entrenamiento mal realizado, una tarea sin hacer, un olvido… todo sale a la luz el día de la prueba.

Ese día supone en sí mismo, tener una alta  capacidad de toma de decisiones bajo presión, cualquier duda te lleva al fracaso.

Da igual si hablamos de deporte o empresa, sin una visión, sin un plan, sin esfuerzo, sin capacidad de prever, sin toma de decisiones y sin riesgos nunca se consigue cruzar la línea de meta.

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