El futuro de Venezuela

Jhon F. Kennedy pronunció en su discurso de toma de posesión en 1961 la célebre frase: “No te preguntes qué puede hacer tu país por tí, pregúntate que puedes hacer tú por tú país”. 50 años después un país, Venezuela, y su población, los venezolanos, se hacen  la misma pregunta. ¿Qué puedo hacer por mi país?

Como dicen los europeos  los países latinoamericanos son “países tropicalizados” y de todos ellos destaca Venezuela, donde todo es posible. Después  del fallecimiento de su líder Chávez, la gente veía el futuro con optimismo, pero por desgracia la ley de murfhy pocas veces falla: cuando las cosas  van mal siempre pueden ir peor.

Las elecciones a la presidencia fueron el inicio del declive,  Enrique Capriles, líder de la oposición, perdió las elecciones por  un  margen de votos del 1,5%. En algunas poblaciones, el candidato continuista al proyecto, Nicolás  Maduro, ferviente defensor del chavismo, sacó incluso más votos que el propio Chávez  en las elecciones celebradas 1 año antes, algo  empezaba a ir mal. Capriles el opositor inquebrantable no aceptó el resultado, pero poco después  aceptó a Maduro como presidente. Más tarde incluso se reunió con su hasta entonces enemigo en el palacio presidencial, desde entonces nada más se ha vuelto a saber de él.

En los años 90 se medía la riqueza de un país según el precio del Big Mac, la hamburguesa por excelencia de Mcdonald’s. En el año 2014 la riqueza de un país se mide por el número de tiendas  Zara que un país tiene, cuanta más tiendas más riqueza hay.

A día de hoy las tiendas Zara en Caracas, capital del país, están vacías y cerradas, señal inequívoca que el país ha tocado fondo.  Como no podía ser de otra manera por encima de las manifestaciones y asesinatos de los últimos días  hay una razón más importante por la cual las tiendas están cerradas: el dinero.

El cambio de divisas en Venezuela está controlado por el gobierno, debido a la escasez permanente para cambiar bolívares (la moneda local) por dólares, las personas siempre han recurrido al mercado negro, hace un año el cambio rondaba 1 dólar 15 bolívares, a día de hoy 1 dólar  vale 100 bolívares.

El gobierno, el cual dice luchar en contra de la especulación capitalista, está obligando a los empresarios a marcar su margen de beneficio según el cambio oficial 1 dólar 9 bolívares, al mismo tiempo registran tienda a tienda para encontrar mercancía comprada con dólares provenientes del mercado negro, es decir todas. Una vez las encuentran, les  obligan hacer descuentos del 70% en toda la mercancía e incluso pueden llegar a encarcelar al empresario 10 años por delitos de especulación. Lo mejor de todo es que si el gobierno es el único que puede controlar el mercado de divisas, ellos también son los únicos que pueden controlar el mercado negro, entonces ¿quién es el que especula?

A los venezolanos ya no les queda nada más que hacer por su país tampoco se plantean que puede hacer su país por ellos.  Saben que lo único que permanece estable en el mundo es el cambio y ese es su único objetivo, que llegue el cambio.

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