La historia se repite cada domingo, estás ahí disfrutando del partido de tu equipo y de repente un jugador hace algo extraordinario y lo primero que se te pasa por la cabeza es: ha sido suerte. Poco después el mismo jugador comete un error de escándalo y tu sentencia es contundente: qué malo es, hay que despedirlo ya.
Lo mismo sucede con el éxito empresarial, cuando uno logra grandes resultados siempre se hace referencia a un golpe de suerte, en cambio cuando uno lo intenta y no logra el objetivo las críticas acaban llamándole fracasado.
Cuando uno logra grandes resultados siempre se hace referencia a un golpe de suerte.
Al igual que en el deporte, en la empresa dos personas con la misma presión por ganar tienen diferentes reacciones emocionales ante una situación similar. La falta de concentración, el miedo a perder; querer ganar por encima de todo y la frustración es lo que hace que un deportista o un empleado cometa errores de forma continuada.
Trabaja en equipo dentro y fuera de la cancha, aplica lo que aprendes con tus amigos y el deporte, en la oficina y con tus compañeros. Verás que al igual que en cualquier partido en la empresa cuanto más unido estés al proyecto mejores resultados alcanzarás, si estás solo para pasar el tiempo al final el tiempo acabará contigo. Cuando hay problemas con un compañero se altera todo en la empresa, crea una visión compartida, genera confianza y unión. Más tarde los objetivos llegarán.
El problema es que las lecciones que aprendemos haciendo deporte no las demostramos en nuestro día a día, con lo cual la práctica deportiva se queda es una simple actividad para mejorar tu estado físico y encontrar un poco de descanso psicológico.
Ve más allá, conecta ambos mundos, el deporte no es solo un fin es una herramienta para llegar más allá de la línea de meta.
Sé polivalente, no te quedes solo en un terreno de juego, en la empresa también hay que saber defender y atacar, el margen de error es muy pequeño, así que, cuanto más polivalente seas en tus funciones, a más puestos podrás optar.
No existen líderes, sin gregarios, no desprecies el esfuerzo de los demás cuida de ellos y ellos cuidarán de ti.
La cultura del esfuerzo es siempre la mejor opción en la búsqueda de la excelencia, cuando los resultados aún no son visibles es el momento que requiere más esfuerzo. No hace falta mirar el marcador al final del partido, concéntrate en mirar tu clasificación al final de la liga.
