A todos nos pasa más de una vez en la vida, a veces nos lo encontramos en medio de un reto deportivo, en otras ocasiones nos sucede en proyectos profesionales y, como no, en algún momento de nuestra vida personal. Aparece de forma inesperada, cuando todo va bien. Todos lo nombran de diferente manera, nosotros los deportistas lo llamamos el muro. No puedo más, se acabó, no tiene sentido, me duele todo, me retiro…lo dejo. Así empieza siempre, tenemos sueños y los convertimos en objetivos. Comenzamos con mucha fuerza e ilusión pero llega un momento de indecisión y nos entran las dudas. La mente siempre nos juega malas pasadas y nos hace creer que lo mejor es parar. Posiblemente a corto plazo es la mejor opción, estamos en ese punto donde el dolor y el sufrimiento no dejan ver más allá y lo que queremos es volver a nuestra zona…