Tus gafas de natación para travesías en aguas abiertas

Antes de enfrentarte a una travesía en aguas abiertas tienes que tener presente que lo importante no es llegar a la línea de meta, sino que lo realmente importante, es tener la valentía de estar en la línea de salida. Eso es lo que realmente importa, saber que te has enfrentado a ti mismo sin importar el resultado final.

En cualquier travesía en aguas abiertas el entrenamiento marca la diferencia entre querer y poder. No solo es imprescindible cuidar la técnica, la fuerza o la resistencia, también es necesario preparar el día de competición mucho antes de que este llegue.

Los pequeños detalles siempre marcan la diferencia y eso es lo que sucede con la elección de las gafas para nadar en aguas abiertas. Hay dos factores claves en la elección de las gafas: la orientación y la comodidad.

La orientación en aguas abiertas es fundamental para que un nadador pueda disfrutar de la experiencia de nadar sin límites. Sin embargo, para muchos nadadores la orientación se convierte en el principal hándicap en las travesías. Todo empieza con la elección de tus gafas de natación. Tenemos que tener claro que no hay una sola opción válida, y que lo más recomendable es que en el día de competición tengas dos o tres opciones preparadas. Si el día amanece nublado elige una gafa con cristal transparente, en cambio si hace mucho sol la mejor opción es una gafa oscura. De esta forma siempre te garantizarás tener la mejor visión posible y la orientación dejará de ser un problema.

Existen dos tipos de gafas: las rígidas, conocidas como gafas suecas, y las gafas de silicona más blandas y más acolchadas. El objetivo es que durante la travesía no tienes que notar en ningún momento que llevas gafas, ese es el mejor indicativo de que la elección ha sido la correcta. Un pequeño truco, utiliza siempre doble goma, así las gafas estarán mejor sujetas y la tensión se repartirá en dos gomas, con lo cual notarás que te aprietan menos sin perder efectividad.

El objetivo es que durante la travesía no tienes que notar en ningún momento que llevas gafas, ese es el mejor indicativo de que la elección ha sido la correcta.

Las gafas blandas te proporcionan más seguridad en el momento de recibir los típicos golpes en la salida o en el cruce de boyas al mismo tiempo es más fácil que en algún momento te entre agua, algo que no sucede con las gafas rígidas, pero tienen el inconveniente de que si recibes un golpe las consecuencias podrían ser graves.

No te olvides de llevar contigo siempre un repuesto de gomas para tus gafas, aunque pase desapercibido se produce un desgaste en las gomas de tus gafas y puede suceder que en el momento menos esperado se rompan, así que el día antes del gran día no dejes de revisar tu material.

Sin duda, una de las cuestiones más importantes es qué hacer para evitar que se te empañen las gafas. Hay muchas opiniones y muchos productos en el mercado, pero la más efectiva sigue siendo usar tu propia saliva para crear una fina película protectora. Basta con mojar con la lengua el interior de la lente y problema resuelto. Pero recuerda, la única manera de mantener la película protectora anti-vaho es no mojar las gafas por el interior.

Lo cierto es que no hay una opción ganadora, esta dependerá de ti, así que no dejes tu elección para el último día, prueba, compara y elige.