Posiblemente poca gente lo sepa pero una de las frases que más repetimos en nuestras vidas es… y si lo hubiera intentado…
Todos tenemos retos que queremos afrontar, la diferencia entre las personas que los afrontan y las que no, es que unos prefieren pensar que son sueños inalcanzables y que no vale la pena luchar por ellos y otros piensan que si no intentan alcanzar sus sueños, nunca llegarán a ser ellos mismos.
Lo mejor de emprender un reto es la satisfacción personal que uno tiene, lo importante es el camino que transcurre entre que decidimos hacer el reto hasta que finaliza. No importa qué tipo de reto quieras afrontar, incluso no importa si finalmente no lo logras acabar. Lo importante es intentarlo. Esa es la única manera de no equivocarse.
Todos tenemos miedos y los miedos nos bloquean. Si nos bloqueamos nos paramos, si nos paramos no hacemos nada y si no hacemos nada nos estamos equivocando. Siempre hay que calcular el riesgo pero siempre hay que intentarlo. ¿Qué pasa si fallamos?
Si fallamos se vuelve a intentar, se vuelve a fallar, se falla mejor hasta el final.
Los grandes éxitos en la vida son muy pocos y muy espaciados entre ellos, es por ese motivo que siempre hay que buscar pequeños grandes éxitos diarios. Nos enfrentamos a retos de forma continua pero pocas veces nos damos cuenta de la importancia que tienen para nosotros, pocas veces nos damos cuenta de lo que aprendemos con ellos, pocas veces nos damos cuenta de la satisfacción que nos causan.
El reto no es hacer algo imposible, el reto es enfrentarse a uno mismo.