El lado más oscuro de Dubai, la ciudad de los lujos

“Edifiquemos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo. Hagámonos así famosos y no estemos más dispersos sobre la faz de la tierra”. Éste bien podría haber sido el discurso del Emir de Dubái durante la inauguración del Burk Kalifa, el edificio más alto del mundo, pero en realidad la cita es un poco más antigua, concretamente de la biblia.

Huérfana de reservas de oro negro, Dubái es simplemente una conglomeración de polvo y arena que ha necesitado la ayuda de personas providentes de todo el planeta  para encontrar un sitio de privilegio en la historia del siglo XXI.

Al igual  que  Babilonia  y su Torre de Babel  hoy la ciudad de “do buy”  y su  Burk Kalifa  son una de las maravillas del mundo pero con una única diferencia, en esta ocasión todos hablan el mismo idioma: Dinero

Prostitución, drogas, conflictos armados, negocios turbios o simplemente empresas con ánimo de defraudar impuestos, necesitan de paraísos fiscales para continuar adelante con sus actividades delictivas.

Según los últimos estudios de Oxfam Intermon una tercera parte del PIB mundial, unos 24 billones de euros, son en este momento dinero negro. Curiosamente  y al mismo tiempo la OCDE y su lista negra de paraísos fiscales se encuentra vacía desde los acuerdos alcanzados recientemente entre este ente y países como Suiza, Andorra o  Islas Caimán.

Comprar un piso en Dubái por 2, 4 ó 8 millones de euros puede sonar a locura pero no para la población hindú la cual tiene en su poder  100 de los 900 pisos que se encuentran en el edificio más alto del mundo. Cada día, las transacciones de dinero desde India, uno de los países con más pobreza del mundo,  a Dubái superan los 100 millones de dólares.

Las sociedades offshore, empresas que realizan su actividad en otros países pero se domicilian en un paraíso fiscal  para aprovechar una legislación más ventajosa, son una de las formas más utilizadas  en estos momentos para defraudar al fisco, no en vano el 86% de las 35 mayores empresas españolas tienen alguna filial con estas características.

Pero, sin duda son los señores de la guerra y las mafias los que  encuentran más facilidades en Dubái. En la guerra de Afganistán, el banco de Kabul fue saqueado y el dinero, unos mil millones de dólares,  fue envido al Dubai bank   el cual nunca se ha pronunciado al respecto. Igual sucedió en Rusia en el conocido como el caso Magnitsky donde desaparecieron 230 millones de las arcas públicas. Los casos de Afganistán o Rusia no son aislados, lo mismo sucede en Israel, Irán, Turquía, India y el resto del mundo.

Mientras tanto el Emir de Dubái acaba de anunciar   la construcción del Mall of the World, la primera ciudad cubierta del mundo con  más de 4,5 millones de m2, donde se podrán encontrar réplicas de las calles más emblemáticas del mundo como Oxford street, Broadway o las Ramblas de Barcelona.

Dubái será la sede de la Expo 2020, entre polvo y arena  los nuevos  edificios se construyen a la misma velocidad que las mentiras se hacen verdades. Para la nueva Babilonia, el cielo cada día  está más cerca.

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